Se agotaron las esperanzas de encontrar con vida a los ocho alpinistas que ayer fueron arrastrados por una avalancha de nieve mientras escalaban para llegar al Mont Blanc, el pico más alto de Europa.
Por temor a un nuevo desprendimiento, ayer las autoridades decidieron suspender las tareas de rescate en el pico de Tacul, el lugar en el que se produjo la tragedia que acabó con la vida de cinco austríacos y tres suizos, cuyos cuerpos aún no fueron encontrados. Otros ocho alpinistas resultaron heridos, cinco franceses y tres italianos, de entre 26 y 37 años.
"No hay ninguna posibilidad de encontrar a algún sobreviviente", aseguró hoy la ministra del Interior francesa, Michelle Alliot-Marie, que se desplazó hasta la zona del accidente, en la que hoy se reanudó la búsqueda de los cuerpos. Al mismo tiempo, se inició una investigación para identificar formalmente a las víctimas, gracias a las pertenencias que fueron encontradas en la montaña como mochilas y otros objetos que serán mostrados a los familiares.
El Mont Blanc, que se encuentra en la frontera entre Italia y Francia, es el punto culminante de los Alpes, y su altura es de 4.810 metros. La "monumental avalancha" –tal como la describió Alliot-Marie- se produjo a las 3 de la madrugada de ayer (medianoche de la Argentina), se dio a los 3.600 metros y tuvo 200 de ancho y 50 de longitud. Por lo que el área en el que podrían encontrarse los muertos es enorme, lo que dificulta las tareas de rescate.
Los equipos de socorro, integrados por unos cuarenta profesionales, rastrean la zona apoyados con tres helicópteros, uno de ellos italiano. Por prevención ante la posibilidad de nuevos aludes y para facilitar el trabajo de los rescatistas, el alcalde de Chamonix, Eric Fournier, cortó durante el día el acceso de los alpinistas al pico de Tacul.
La última avalancha con víctimas en los Alpes se produjo en enero de 2006, cuando tres militares perdieron la vida en el macizo de Divouly.
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